Canción final
Deshaciéndose
esa vieja coraza,
va mutando su piel.
Y encajan en su vida
la costumbre de sus días,
uniformes y rutinas.
Van siguiendo las huellas de un traje,
caminando por su propia imagen,
admitiendo un solo lenguaje,
se comienzan a extrañar.
Cargan con todos sus miedos,
llevan la historia en sus cuerpos.
Viven juntando retazos
para engendrar otro tiempo.
Ya no pretenden ser fieles
a lo que siempre afirmaron.
Hoy se permiten errarle
y aceptar lo que negaron.
Quién pudiera imaginarse
a la humanidad sin ombligo,
sin separarse del resto,
sin fabricar enemigos.
Grises de tantos colores:
normalidad de anormales.
Dueña de todos los bienes,
causa de todos los males.
(Interludio)
Jugando a desconocerse,
se despliegan y vuelven a verse.
Definen jamás definirse
y renuncian a encajar.
Desarman su antiguo uniforme,
se muestran lo raro y lo deforme.
Dibujan borrando contornos
y nacen a un nuevo disfraz.
Con la palabra acarician
y con las manos se cuentan.
En una danza imprecisa,
buscan perderse en la fiesta.
Van inventando el camino
sobre las ruinas de un mundo.
Lloran mirando al futuro,
mientras deciden su rumbo.
Deshaciéndose...